Punto de partida
Flöid, la fintech chileno - sueca en la que invirtió Amarena
-
Cuéntale a tus contactos
-
Recomiéndalo en tu red profesional
-
Cuéntale a todos
-
Cuéntale a tus amigos
-
envíalo por email
A acelerar su expansión en otros mercados de América Latina, especialmente en México, destinará los recursos obtenidos en su ronda de inversión la fintech chileno-sueca Flöid. Esta semana, la plataforma de open banking logró levantar US$ 2,25 millones de un grupo de inversionistas entre los que figuran Amarena, el brazo de venture capital de Patricia Angelini, la costarricense Carao Ventures y un fondo ligado al grupo Santander.
“Como precursores en Latinoamérica del Open Finance es muy importante ir creciendo con el apoyo de instituciones reconocidas a nivel regional. En Flöid tenemos el compromiso de promover el Open Finance de forma responsable, segura e inclusiva, con todos los actores del ecosistema”, dice de entrada Alfonso Maira, CEO y cofundador de la plataforma. Y adelanta que uno de los cuatro socios de la fintech liderará la apertura de los nuevos mercados.
“El objetivo es expandirnos en Latinoamérica. Para esto es importante el capital obtenido en esta ronda de inversión”, añade Maira. Cuenta que la lideraron ellos mismos, porque querían salir a buscar los recursos de manera directa con algunos inversionistas de venture capital, sin un road show masivo. “La ronda empezó en julio, la lideramos nosotros mismos. Estaba planificada para esta fecha”, explica.
La plataforma Flöid fue creada en 2019 por el propio Maira y el emprendedor sueco John Grundstorm (fundador de Instantor, una fintech que opera en Europa y fue vendida en cuatro millones de euros, cerca de $3 mil 800 millones, a la escandinava Tink).
También entre sus accionistas iniciales figura Martin Birkeldhm, uno de los fundadores de Spotify. Luego se sumaron Tomás Contreras (actual CTO de la firma) y Delfina Peña (directora de Fintechile), ambos enfocados en transformación digital y estrategia en el sector financiero.
El riesgo
Según Maira todos ellos han vivido en carne propia, eso que él llama “el complejo desafío” de conseguir financiamiento en el mercado local, detectando de paso que las herramientas de validación de identidad y evaluación crediticias disponibles “son insuficientes tanto para compañías, como para clientes finales”.
Esa situación se repite en casi todos los países de la región, debido a la alta informalidad laboral, principalmente. Por eso, ven en toda América Latina un enorme mercado para la inclusión financiera.
El negocio de Flöid es conseguir que las empresas de financiamiento y capital, como bancos y cooperativas, consideren a las personas que no tienen un historial crediticio, pero sí pueden ser sujetos de crédito como estudiantes que trabajan, inmigrantes que por su poca historia en el país no cumplen con todos los requisitos o emprendimientos y pequeñas empresas que aún no califican para la banca de microempresas.
“El concepto que proponemos es que cualquiera que esté bancarizado pueda compartir su información del banco con algún tercero, para demostrar que es un buen arrendatario, un buen sujeto de crédito, una persona trabajadora, aunque sea informal, estudiante o inmigrante”, agrega.
Usando tecnología, Flöid ofrece a diversas instituciones financieras realizar los análisis de riesgo a clientes, en cuestión de segundos.
La semilla
La ronda de inversión buscaba captar capital para esta fase inicial. El proceso partió en julio pasado y fue liderado por los mismos fundadores. “Realizamos esta “ronda seed” con partners estratégicos, donde participaron distintos venture capital y salió dentro del tiempo que teníamos presupuestado”, narra el empresario.
Cuenta que irán a México no solo por el tamaño del mercado, que equivale a los tres países donde ya operan (Chile, Perú y Colombia). “Guardamos un poco México para esta fase para tener el product fit súper pulido para ese mercado que es bien parecido al mercado colombiano y el chileno. Buscábamos tener harta experiencia para aterrizar en un mercado como ese. Ya partimos con la expansión allá, con la avanzada”, detalla.
Otra razón por el interés en México es que en ese país ya existe una ley que regula el negocio de las fintech, el open banking y hasta el crowdfunding.
La startup tiene decidido participar y estar presente en el debate sobre las regulaciones a esas nuevas formas de financiamiento y pago en todos los mercados donde opera.
“Creo que llegaremos en un buen momento y quisiéramos ser partícipes también en la implementación de esta ley, porque nosotros tenemos también la experiencia de Europa, dado que nuestros fundadores pasaron por esto años atrás cuando crearon Instantor, una plataforma que opera en casi todo ese continente”, sostiene.
Destaca que Flöid, fue la primera fintech en lograr una conexión oficial con BancoEstado en agosto de este año, “logrando así un paso histórico hacia el open finance en Chile”. Hoy además colaboran activamente para promover el avance de la Ley Fintech en el país. Igual de activos pretenden estar en Perú y Colombia. El ejecutivo recalca que fueron la primera empresa de finanzas abiertas en operar localmente en ambos países.
Los inversionistas
Amarena, el brazo de venture capital del family office de Patricia Angelini -liderado por su hijo Max Valdés-, sostuvo que esta inversión “refuerza nuestra visión de apoyar emprendimientos locales con un fuerte talento humano y con una visión de negocio que busca crear soluciones más atractivas, simples y económicas al consumidor final”.
En el mundo fintech Amarena ha consolidado inversiones en Xepelin, Migrantes, Betterfly y ahora Flöid, “con miras a poder impulsar un ecosistema integral que finalmente pueda interactuar como un todo brindando nuevas herramientas a las PYME, mejores condiciones de financiamiento a las personas, y más transparencia en la gestión de la información de los consumidores”, añadió Max Valdés, director de Amarena.
El costarricense Carao Ventures es uno de los fondos de inversión líderes en Centroamérica. Han invertido en software, fintech, biotecnología y educación, entre otros. Fue fundado en 2012 en San José, capital de ese país centroamericano y es liderado por Allan Boruchowicz y Adrián García.